Índice de Agüita

  1. Yo bebo, tú bebes
  2. De agua y barro
  3. Gotas de agüita
  4. Juego del agua
  5. Como pez en el agua
  6. Agua animada

 

Financian


This project has received funding from the European Union’s Horizon 2020 research and innovation programme under grant agreement no. 101004491


Bonus track I: Por favor NO reivindicar aquí

Las adultas decidimos proponerles un espacio a lxs jóvenes desde el que narrar, narrarse. Empezamos con esta pegatina, y esta entrada abierta:

Thierno y Noah se encargaron  del audio
Soad y Dani   son los  que tomaran las fotos
Gisell y keidy están con los audios
Basma esta haciendo la segunda parte de los apuntes

C.

Estamos decidiendo que vamos a decirle a los chicos y chicas de Jerez.

BR.

Hemos olvidado trabajar con la pared, las tarjetas, la cinta adhesiva y las imágenes, como forma de ir plasmando el proceso y a modo de cierre y evaluación de cada sesión. Intentamos recuperarlo pero no damos con la tecla.

M.

Decidimos hacer preguntas con un padlet. Preguntamos a las del Cerro:

E.

El proceso de Agüita, rico y diverso, también está siendo agotador y frustrante. Jóvenes que no han elegido ser acompañadas por Tekeando, otras encantadas de estarlo. Muchas voces adultas… con ganas sinceras de sumar.

Tensiones entre disciplinas, pero también entre formas de entender lo creativo dentro del propio Tekeando. Conflictos entre el pensamiento y la acción, ¿por qué tendemos a dicotomizar? Necesidad de ritmos más lentos, menos producción, más sencillo, menos miedo al error, pero de verdad. Negociaciones entre lo participativo, lo no autoritario, los límites necesario; las distancias entre la gestión comunitaria y los saberes para llevarla a cabo.

Los conflictos entre un hacer desde abajo, y un proyecto que viene de arriba, unas trabajadoras de la cultura precarizadas y con mil proyectos a la vez. La academia que se transforma. Un grupo de mujeres con muchas ganas de aprender, de apoyarse, de escucharse, y también, es verdad, de hacerlo bien, quizás demasiado. Cansadas. Cuidando.

Unas adolescentes con ilusión, otras con enfado, unas desorientadas, otras con ganas de más, con ganas de menos. Unas contentas porque están conociendo a otras, otras ya tienen su grupo, o lo parece. Necesidad de hablar, dificultad para escuchar. Mucho ruido, a veces; se siente crudo. Otras es sorprendentemente suave.

Seguimos buscando la manera.

M.

¿Dónde está el arte aquí? Qué aburrimiento de pregunta.

Este proceso de Agüita, y las conversaciones internas entre Elo y yo, también con las compañeras de la UCA, me está llevando a hace muchos años, a cuando estaba en BBAA, o recién salida. Entonces que «exponía», que era leída como artista porque usaba herramientas de artista, no me sentía para nada en ese papel. De hecho lo que sentía era pudor por la palabra, vergüenza ante la posibilidad de serlo (disculpen quienes no tengan este problema, años me ha llevado hacerme el trabajito de superarlo) y limitación por no poder expresarme de otras formas.

Ahora que apenas hago uso de esas herramientas del arte, sí me considero artista; en la manera in(ter)disciplinar de detectar y atravesar problemáticas o desafíos, de formular preguntas, o intentar dar respuestas. Y las herramientas de lo sonoro, de lo visual o de lo performativo, en mi caso, a veces ayudan en estas travesías, otras veces no; si bien disfruto de ellas como saberes de oficios hermosos, al igual que otros, como por ejemplo barrer, cosa que me encanta, o programar con ordenadores.

Pero precisamente es ahora cuando no me percibo leída como artista, al menos en muchos casos, especialmente entre artistas. Y por esta razón, en los últimos tiempos, el término mediadora o educadora cultural se ha convertido en mi forma de presentación, lo que no deja de ser un caparazón, un escondite cómodo y seguro. Si bien es cierto que la mediación es uno de los oficios que desempeño, también hago el de artista. Necesito reivindicarme como tal, aún a riesgo de distanciarme de otros sectores, como por ejemplo el de los movimientos sociales.

M.

L.